Hoy caí en cuenta que tal como esta ahora el árbol, esta mi vida. No sé cómo escribir, no sé qué decir, no sé cómo actuar; debería aceptar que se ha terminado, que la navidad ha pasado y que tú no estás… la verdad es que decidiste irte hace mucho, ahora entiendo cuando Johansen decía «sé que te dije adios, pero en el fondo quien se que quería ir eras tú y no yo».
Ya todos los vecinos quitarón las luces de sus ventanas, los adornos de sus puertas, sus muñecos de nieve en verano, y yo aún mantengo todo en su lugar, no he movido ni limpiado nada.
Quizá no sea hoy, ni mañana, pero un día de estos dejaré de ver ese árbol, me levantaré, cogeré todos los adornos, los guardaré en una caja, lavaré los peluches, limpiaré el polvo, amarraré lo mas fuerte que pueda todas esas ramas y las meteré a una caja que guardaré hasta el próximo año, o tal vez hasta el siguiente o el subsiguinete.
Ya no sé si me gustan las navidades, no quiero fingir ser feliz cuando no lo soy. Solo quiero poder pararme y dejar de ver ese árbol, ya ni siquiera encendemos las luces en las noches, estamos casi febrero.
Levántate, limpia y guarda todo, y por favor quita esa maldita guirnalda verde de las escaleras, fuiste la última en poneralas y ahora eres la última en quitarlas, la navidad ha pasado, hazlo tú también.

